El domingo 11 de febrero, la Iglesia celebraba la Jornada Mundial del Enfermo. Para este año, la jornada ha adoptado como lema “No conviene que el hombre esté solo”. Cuidar al enfermo cuidando las relaciones.
Durante todo el fin de semana creamos diferentes espacios que intentaron profundizar y encarnar dicho lema. El viernes con una charla a cargo de la voluntaria y médico Elena Hoyas. El sábado con un espacio donde cuidamos las relaciones entre residentes y voluntarios llamado “manos que acogen”, ya que nuestro símbolo de la jornada fueron las manos, convertimos nuestro salón de actos en una cafetería para compartir un chocolate residentes, hermanas y voluntarios. Y el domingo 11 celebramos la Eucaristía amenizada por los cantos de la Escolanía de San Gonzalo.
“El pasado sábado 10 de febrero los voluntarios tuvimos la oportunidad de celebrar junto a los residentes la Jornada Mundial del enfermo. Como cada actividad que realizamos juntos es una aventura en la que descubrimos talentos, habilidades y dones tanto los residentes como nosotros personalmente. De cada actividad siempre aprendemos algo nuevo, cualquier cosa que compartan con nosotros por muy pequeña que sea, anécdotas, historias o incluso sentimientos formarán parte de nosotros siempre. Durante este espacio pudimos cuidar nuestras relaciones y compartir una gran experiencia como Familia Consolación” (Triana Cano, 18 años, voluntaria Sevilla)