PROFESIONALES CON CARISMA Nº4



Ángela Echevarría Lavandero. 31 años.
Enfermera (5 años trabajando en la Residencia San Antonio de Lahiguera)

En primer lugar, me gustaría señalar que, cuando comencé mis estudios de enfermería, la formación estuvo orientada en entender la anatomía y el comportamiento del cuerpo humano en presencia de enfermedades o lesiones. Sin embargo, si nos centramos en la didáctica del trato con las personas, tendríamos que entender que únicamente se adquiere con la experiencia diaria y la profesión vivida como vocación. De hecho, tanto la calidad como la calidez en las relaciones que he ido obteniendo a lo largo de este tiempo, me han convertido en una persona empática ante cualquier situación a la que me enfrento diariamente.

En este sentido, he tenido la gran suerte de trabajar en una Residencia de Mayores ubicada en un pequeño pueblo de la campiña norte de Jaén. En concreto, me refiero a la Residencia San Antonio de Lahiguera. Esta residencia, es considerada para mí, un verdadero hogar. Tanto es así, que para los propios mayores  y los distintos profesionales que se dedican cada día  al trabajo con personas dependientes en nuestra residencia, se forma un equipo especial donde el trabajo cooperativo es la identidad de nuestra realidad.

Es fundamental, y debemos hacer hincapié en que, en nuestro trabajo nos dediquemos a fortalecer la autoestima, primar comportamientos optimistas y fieles a través del vestigio de identidad que nos enseñan las Hermanas de Nuestra Señora de la Consolación. De este modo, se crea un equilibrio entre salud y bienestar. Siguiendo en esta línea, es verdaderamente importante para la población con la que trabajamos la expresión de sentimientos y emociones y por tanto, sepamos manejar y regularlas, consolando a nuestros mayores para conseguir de manera individualizada un comportamiento saludable de cada uno de ellos.

Por último, no quiero dejar pasar en estas líneas, expresar mi experiencia como un miembro en esta verdadera familia de Consolación que se va formando por la entrega, la vocación y la atención a las necesidades que precisa cada uno de los componentes que formamos esta gran familia. En concreto, me ha ayudado a encontrar un camino en el que centrar mi formación, auxiliando y dedicando amor, junto con todo lo aprendido a las personas más vulnerables, que en este caso se refiere a nuestros mayores.